¡Vivan con alegría su vida cristiana! Lo he dicho y lo repito: ¡Vivan con alegría su vida cristiana! Que todo el mundo se de cuenta de que ustedes son buenos, amables. El Señor Jesús viene pronto. No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente  de este mundo no alcanza a comprender pero que protege el corazón y el entendimiento de los que son de Cristo.

Carta del apóstol Pablo a los Filipenses 4:4-7

Para muchos la alegría, el gozo o el contentamiento y aún la felicidad es una experiencia circunstancial. Llega y se va, no es duradera, se pierde fácilmente. No cabe duda que es maravillosa la alegría, pero el gozo del cual está escribiendo y aconsejando el apóstol Pablo tiene que estar basado en una experiencia de relación y comunión con Cristo. Él mismo se los ofreció a sus discípulos cuando les dijo: ¿Por qué están tristes? Tengan mi gozo. Ellos estaban desanimados porque Jesús les había dicho que era necesario ir a Jerusalén y padecer por la acción que harían los religiosos del templo contra él, padecería y lo matarían. Lo maravilloso, es que Jesús no perdía la ecuanimidad, la serenidad, el control; él sabía que era necesario obedecer a su padre y que su muerte de cruz sería para salvación de todo ser humano que creyera en él. Eso es lo que el apóstol Pablo les dice a los Filipenses que depositen su confianza en Jesús el Mesías Salvador.

La alegría volvió a los discípulos de Jesús cuando él resucitó de entre los muertos por la obra poderosa de Dios. Los cristianos Filipenses no deberían estar  preocupados por nada, creían en un Cristo vivo y victorioso. Les dice el apóstol, que oraran a Dios el Padre y recibirían lo que estuvieran necesitando. Tú, como yo, debemos vivir una vida feliz, llena de alegría, esa que solo puede dar Cristo Jesús cuando lo buscamos y tenemos comunión con él. El apóstol nos recuerda que Cristo pronto volverá a este mundo y nos llevará con él. Todo problema o necesidad que tengas entrégalo a Dios por medio de Cristo y él te responderá satisfactoriamente.

Lee Filipenses 4:4-9