Estos males que sufre el ser humano son un flagelo, parece que nadie se escapa en el largo trayecto de sus días de existencia. Frecuentemente la persona tiene que acudir a un profesional para recibir ayuda.
Hay lecciones desde el punto bíblico para afrontar este mal.
1- Reconocer nuestra incapacidad. En esta situaciones que a todo ser humano les llega no estamos exentos los hijos de Dios y los seguidores de Jesucristo, por lo tanto debemos reconocer nuestra incapacidad para afrontarlas sin la ayuda de Dios. “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes, —afirma el Señor— planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Profeta Jeremías 29:11.
2- Aprender de las enseñanzas que Dios tiene. Jesús de Nazaret nos aconseja: —Pero tu, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre (Dios) que está en lo secreto. Así tu Padre que ve en lo secreto te recompensará. Evangelio de Mateo 6:6.
3- Con Dios, el fin es el principio. Cuando Dios nos ayuda y se resuelven estos males en nuestra vida, comenzamos una nueva etapa en nuestra vida. Esto leemos y vemos en la vida de Lázaro de Betania, este hombre murió y Jesús llegó hasta su sepulcro, llamó a Lázaro y éste resucitó de entre los muertos para dar testimonio del poder de Jesús. Nosotros también tendremos la Victoria ante el sufrimiento por el poder de Cristo Jesús.
4- Pide ayuda. Un asunto que nunca debemos olvidar, es que Dios no duerme ni se adormece, está pendiente del estado en que se encuentran sus hijos. Salmo 21; Salmo 109 —Hay consejeros en las iglesias, los pastores ejercen este servicio, acudamos a ellos y recibiremos el apoyo necesario.
5- Ama tu, no esperes que te amen; comenzando con Dios ámalo pero debes decírselo, lo mismo con otros cercanos a tu persona y tendrás la satisfacción deseada. Debes recordar que Dios te ama y estoy seguro que hay otros que también sienten ese testimonio por ti pero no te lo expresan, hazlo tú.