Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad. 

1 de Juan 3:18

El apóstol Juan dedicó grandes porciones de sus escritos al tema del amor. Juan afirma que los seguidores de Jesucristo debemos amar al prójimo. El nos puso el ejemplo, hizo el bien a mucha gente, tuvo gran compasión por las multitudes, pero también de manera individual. Al sanar a los enfermos lo hacía por amor procurando el bienestar de las personas que estaban sufriendo, Juan fue testigo ya que él era uno de los doce apóstoles que lo acompañaban a donde Jesús iba, de aldea en aldea, de villa en villa y de pueblo en pueblo, aún en la ciudad capital Jerusalén hizo el bien, su amor fue demostrado una y otra vez, también en la cruz del calvario donde murió por amor a nosotros y a toda la humanidad.

Ahora, el apóstol Juan nos exhorta amar al prójimo de la misma manera que Cristo lo hizo. Debemos hacer el bien en favor de la gente que está en el infortunio o en desgracia. Son muchos los que tienen algún tipo de necesidad y nosotros podemos ayudarles. Hay personas que están solas y no tienen a nadie en este mundo, otros están en pobreza extrema que no tienen nada. Si sabemos o conocemos a alguien en esa situación debemos ayudarlos. Hay otras personas que se encuentran enfermos, solos y sin esperanza, podemos buscarlos y darles un poco de nuestro tiempo para estar con ellos, dándoles esperanza y compartiendo con ellos la palabra de Dios para que tengan consuelo la cual la necesitan, orar para que el Señor haga su voluntad en su vida y pedir su ayuda para ellos con una fe firme que ayude a reanimar al enfermo y si aún no tiene a Cristo Jesús en su vida, conducirlos al Señor Jesucristo para que lo reciban como su Salvador y Señor.

Lee 1 Juan 3:16-18