“El que es honrado en lo poco, también lo será en lo mucho; y el que no es íntegro en lo poco, tampoco lo será en lo mucho. Por eso, si ustedes no han sido honrados en el uso del dinero del mundo, ¿Quién les confiará las verdaderas riquezas?
Evangelio de Lucas 16:10,11
El principio de integridad conlleva la responsabilidad de total fidelidad de los recursos que Dios nos permite recibir por la inversión de nuestra vida en el trabajo o en el negocio. Nuestro esfuerzo humano, capacidad o habilidad y tiempo invertido, traerá como resultado un salario conveniente para satisfacer las necesidades del hogar. Por las políticas económicas de nuestro país o políticas de encarecimiento del costo de la vida material, hay ocasiones en que es poco lo que se recibe como salario, o como utilidad. Por otro lado hay algunos que reciben lo necesario o reciben mucho. Jesús de Nazaret nuestro Salvador y Divino Maestro nos orienta a que tenemos que ser fieles mayordomos (administradores) de lo que recibimos; especifica que debemos ser honrados en el desempeño de nuestra responsabilidad laboral y del pago que se recibe por ello. Implica además, que nuestra mayordomía tiene que ser justa en todas las áreas, en la aplicación, o en los gastos operacionales, sin descuidar nuestra participación en su reino, u obra de Cristo por medio de la iglesia local a la cual pertenecemos.
Si nosotros somos sabios en el uso de nuestros ingresos, sea poco o mucho, con toda probabilidad Dios nos confiará más y las riquezas verdaderas que Él tiene para sus hijos se nos darán. Esto es lo que enseña Jesús. Seamos fieles en nuestra administración y la promesa de Dios se cumplirá en nosotros para bien de nuestra familia y de la bendita obra de Jesucristo.
Lee Lucas 16:1-13