Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, adonde te diriges, no hay trabajo ni planes ni conocimiento ni sabiduría.

Libro de Eclesiastés 9:10

Todo el capítulo nueve de este libro, escrito por el Rey Salomón nos da ciertas instrucciones y nos advierte que para todos hay un mismo final. Nos recuerda que todo lo que planeamos y las obras que realizamos están en las manos de Dios. Lo importante es cómo usamos el tiempo, las capacidades y habilidades que se nos ha dado y que hemos adquirido por lo estudios o por instrucciones de otros que nos han compartido. El desafío es: haz todo lo que creas conveniente para tu realización y para los beneficios que adquirimos los cuales son de bendición a la familia inmediata como a otros con quienes compartimos.

Lo importante y necesario es: “hazlo ya”, porque el tiempo apremia, debes estar convencido que debes desempeñar lo que te propones con responsabilidad, y con lo mejor que tu puedes hacer, tomando en cuenta que puedes recibir asesoramiento de alguien mejor que tu por su experiencia en lo que te haz propuesto realizar. También debemos considerar que solamente tenemos un tiempo de vida, no podemos prolongar nuestra existencia en este mundo. Salomón nos recuerda que todo cesará al morir, en el sepulcro y a donde vaya nuestro espíritu o alma no se puede realizar los pendientes.

Nuestra existencia aquí en esta hermosa tierra es maravillosa, por lo tanto no debemos descuidar el tiempo, las oportunidades que se nos presentan para realizar lo conveniente, lo que nos agrada y desempeñar nuestro oficio o profesión con entusiasmo y responsabilidad. El tiempo es valioso y nosotros también.

Lee Eclesiastés 9:1-10