Como Iglesia, nuestra prioridad es la evangelización y el discipulado. Gracias al Espíritu Santo cada año tenemos bautismos después de que termina el curso de Discipulado. Hay pocos discipuladores, por eso todos debemos involucrarnos en compartir nuestra fe. No hay mejor método que nuestro testimonio para compartir con otros y el siguiente paso es invitarlos a que tomen un curso en su casa, en otro lugar o en una iglesia local. 

El discipulado no es una opción para los creyentes en Cristo como Señor nuestro, él dio el ejemplo, lo practicó (Lucas  9:23-24) y después, antes de ascender lo ordenó: “Vayan y hagan discípulos”(Mateo 28:19-20; Hechos 11:26).

El discipulado es una función para el crecimiento numérico; si no se realiza, la Iglesia como Cuerpo de Cristo cae en el estancamiento. Hay en el país  algunas iglesias que han caído en eso y todos estamos en riesgo. Lee el famoso pasaje del discipulado del apóstol Pablo en Efesios 4:11-15.

1- Administremos o seamos Mayordomos de nuestro servicio por medio del don o capacidad que hemos recibido del Espíritu Santo.

2- Aprovechemos nuestra tiempo de vida para servirnos los unos a los otros en las oportunidades que se nos presente.

Yo tengo que seguir sirviendo y discipulando. Los invito hacer lo mismo, habla de Cristo; lo que hizo por ti, comparte su evangelio. Pero todos debemos servir. Oremos en y con el Espíritu Santo unos por otros por crecimiento espiritual, crecer en la fe, y para tener oportunidades para servir en cualquier lugar.

Lee Efesios 4:11-16