Lo que el Yo; la personalidad es para el cuerpo, Cristo lo es para la Iglesia. En él, todas las partes tan variadas y diversas encuentran unidad.

Pablo dice, “ustedes son el Cuerpo de Cristo.” Él ya no está en este mundo en un cuerpo físico; y por tanto si desea que se realice su obra, tiene que encontrar alguien que la lleve acabo. Si quiere que se le enseñe a los niños su palabra, tiene que encontrar un maestro para que lo haga. Si desea que una persona enferma sane, tiene que encontrar un creyente que ore por el enfermo para que sane. Si quiere que se relate su vida y su evangelio, tiene que encontrar a hombres y mujeres que lo hagan. Literalmente, tenemos en el cuerpo de Cristo, manos para hacer su tarea, pies para ir a buscar a los extraviados, una voz para que hable por él. Aquí está la gloria suprema del cristiano: en que es parte del Cuerpo de Cristo sobre la tierra. Así, Pablo traza un cuadro de la unidad que tendría que existir dentro de la iglesia si esta quiere realizar la función que le corresponde.

Un cuerpo solo es sano y eficiente cuando cada parte que lo forma funcionen perfectamente y entonces hay salud en el cuerpo.

Continúa…

Lee 1 Corintios 12:12-26