LA ACTITUD DE HUMILDAD DESINTERESADA

“No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás.” (Filipenses 2:3,4).  Pablo específica que se trata de una elección mental, no debemos concentrarnos en el Yo; es contraproducente. Aquí se estimula a una actitud de siervo. Esto es, una actitud humilde, auténtica y bondadosa. En los versículos 5-8 el dice que nuestra actitud debe ser como la de Cristo. El Señor humildemente puso a un lado la gloria del cielo y vino a morar entre los hombres. El consejo paulino es: tener el deber de imitarlo: en un servicio desinteresado en favor de la familia primeramente, de los familiares, de los amigos, compañeros de trabajo y de los hermanos del Templo que es, la familia espiritual; la familia de Dios.

LA ACTITUD DE ÁNIMO, DE ENTUSIASMO

“Háganlo sin quejas ni contiendas” (Filipenses 2:14).  Cuanto necesitamos esta actitud de entusiasmo por la vida y por lo que hacemos responsablemente en favor  de otros. Cierto es, que frecuentemente caemos en la trampa de la murmuración o de la critica,  aún de los que supuestamente nos aman o necesitan de nosotros. Es muy fácil contagiarse de estas actitudes negativas. Pablo apela a nuestra madurez, es un llamado a vivir en unidad y en armonía; los padres, los hijos para que contribuyamos a esa armonía en nuestro hogar, armonía que debe trascender como testimonio a los familiares y parientes y a otras relaciones humanas que tenemos. Que linda es una familia que vive en armonía, trae satisfacción, pero si los padres provocan que se afecte la paz del hogar ¿que se espera de otros?

Continúa…

Lee Filipenses 2:1-14