Salmo 31 de David

El salmista David compuso varios salmos de lamento en donde presenta todas sus dificultades y enfermedades. El lamento poético es una queja, expresando llanto y otras demostraciones de dolor. También contrariedad, disgusto, reclamo de justicia.

En situaciones así aprendemos de David a buscar refugio en el Señor, buscar su ayuda y comprensión, pedir socorro, dirección, ser librado  de la muerte, pedir ser sanados en lo físico, en lo emocional y ser fortalecidos en la fe.

Después se debe hacer una declaración de nuestra esperanza como lo hace David: “Señor en ti confío, tu eres mi Dios, mi vida está en tus manos, que irradie sobre mi tu paz, cuán grande es tu bondad, al amparo de tu presencia me proteges. “Bendito sea el Señor pues mostró su gran amor por mi, oíste mi voz suplicante cuando te pedí que me ayudaras”.

El salmista termina con una invitación a sus oyentes y lectores: “Amen al Señor todos sus fieles, Él protege a los dignos de confianza…cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan.”

En las circunstancias adversas en las que estás experimentando, puedes presentar tu queja, tu inconformidad y tu reclamo al Señor tu Dios que te escucha, pero también debes confesarle lo que piensas de Él, lo que crees de Él y decirle que Él es tu esperanza. Finalmente termina invitando a otros que amen al Señor y sean fieles a Él, porque Dios protege a sus hijos que son dignos de confianza, y disciplina a los orgullosos que no quieren depender de Él.

-Orel Ochoa (extraído del libro Meditaciones En Los Salmos Del Rey David)

En este año en las situaciones que se nos presenten, hagamos como David.

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