La iglesia de Éfeso la integraban creyentes gentiles y judíos.

En estos versículos el Apóstol Pablo les muestra a sus lectores y también a nosotros dos imágenes muy vívidas.

Dice que los gentiles, los no judíos, ya no son extranjeros, ni advenedizos; esta palabra es un adjetivo, que se usa en forma peyorativo, intruso, de que aquel que, siendo pobre o de cuna humilde, llega a enriquecer y quiere relacionarse con gente de la alta sociedad y no es aceptado, refiriéndose a él como un advenedizo sin cultura e ignorante de lo que rodea a la alta sociedad. Es un intruso a una posición o ambiente que no le corresponde. El apóstol eso dice, ustedes ya no son extranjeros, este era visto con sospecha y antipatía, lo cual pasa hasta la fecha, no importa que sea europeo, norteamericano, centro o sudamericano.

El advenedizo está a un paso adelante del extranjero, porque el advenedizo podía ser un residente de otro país, pagaba impuestos y gozaba de ciertos privilegios, aun así, era un extraño. El apóstol Pablo dice eso de los gentiles que formaban parte de las iglesias, nos incluye también a nosotros, que ya no somos, extraños o advenedizos o extranjeros. Así pues, el apóstol Pablo les dice a sus lectores “ya no están en la iglesia y el pueblo de Dios como extraños y tolerados. Son verdaderos miembros plenos de la familia de Dios y ciudadanos del reino de los cielos”.

El subestimar a alguien nunca debe suceder en la familia de Dios y lo que jamás debiera acontecer en la iglesia local, todos tenemos los mismos privilegios y deberes. Las iglesias locales heterogéneas son las que deben esforzarse más para lograr la inclusión o aceptación. Por Cristo hay en la familia de Dios un asiento y un lugar para cada uno de nosotros y para todos los que lleguen. Los hombres pueden erigir barreras, las iglesias pueden reservar la mesa del Señor solo para los propios miembros, pero Dios nunca procede así, Él incluye a todos los que lo buscan y aceptan el plan de salvación por medio de su Hijo, y tampoco está de acuerdo con la exclusión.

Continúa…

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