“Gritaron los discípulos ¡Maestro!, ¡Maestro!, nos vamos a ahogar.” “Él se levantó y reprendió al viento y a las olas: la tormenta se apaciguó y todo quedó tranquilo. Les dijo a ellos, ¿Dónde está su fe?” (Lucas 8.22-25).

Una pregunta perturbadora, ellos no le respondieron y tú ¿Qué respondes? La experiencia de ahogarse en agua es desesperante, aterradora y traumatizante. Tal vez tú nunca tengas esa experiencia, pero que tal otro tipo de ahogamiento, nos provoca casi los mismos temores desesperantes y no podemos con ello.

Jesús el Señor también te dice: ¿Dónde está tu fe? ¿Enmudeces igual que ellos?; Con toda seguridad, porque estas en medio de la tormenta y el agua ya te llego al cuello. Pero no sabes cómo confiar en el poderoso Dios, el Dios de lo imposible. Debes saber que Él tiene el control de todo, de todo. Puede hacer de la tormenta tranquilidad y de las olas amenazantes que quieren ahogarte. Él quiere ayudarte a superar esa amenaza, lo que te pide es que confíes en Él. Si no tienes la suficiente fe para lograr que te ayude en esa situación desesperante pídele que la aumente o solucione tu incredulidad.

Recuerda, Él hizo el milagro y quitó el temor a sus discípulos, y como ellos asómbrate y di: ¿Quién es éste, ¿qué manda aun a los vientos y al agua, y le obedecen? Él es nuestro ayudador y el que salva. Acude prontamente.

Lee Lucas 8:22-25