El pecado tiene siempre un poder de muerte, efecto fatal y mortífero. Y va en tres acciones:

EL PECADO MATA LA INOCENCIA

Nadie es el mismo después de pecar. Los psicólogos dicen: que nada en absoluto pasa al olvido. Puede ser que alguna cosa no haya que dado en la conciencia, o en la memoria o en la superficie de las cosas que recordamos; pero todo lo que alguna vez hemos hecho, visto u oído se mantiene en nuestra sub conciencia. Puede ser que no lo recordemos, pero allí está.

El resultado de esto es que el pecado deja un efecto permanente en la persona, está la culpa, el pecado actúa hasta matar la inocencia y esta una vez perdida, no puede recuperarse más. Es necesario el arrepentimiento para ser perdonados por Dios.

Continúa…

Lee Efesios 2:2-3