“Dicho esto: Jesús se angustió profundamente…”

Mateo 26:38

El capitán John Coutts agonizaba en alta mar, su casa era ese barco durante 50 años, ahora se convertiría en su mortaja, tenía angustia. Ningún oficial o miembro de la tripulación eran creyentes en Cristo. En el barco iba un grumete (quien ayuda a la tripulación), el muchacho tenía 16 años era cristiano, todos los días leía su Biblia, se llamaba Tomás; el angustiado y moribundo capitán recordó a este joven y pidió que lo llamaran.

Cuando se presentó Tomás ante el capitán le dio mucha pena y preocupación el estado en que se encontraba. El capitán John dijo, Tomás me estoy muriendo y no estoy preparado para presentarme ante Dios y tengo profunda angustia, ¿puedes hacer una oración por mí?

Tomás le dijo: Mi madre me enseñó que si deseaba tener la seguridad de la salvación de mi alma repitiera este versículo: “Más Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él y por sus llagas fuimos nosotros salvados”, poniendo el nombre de Cristo y el mío en lugar de nosotros. ¿Capitán quiere repetirlo? El capitán después de un momento dijo, lo haré. Repita después de mi: “Más Jesucristo fue herido por las rebeliones de John Coutts, molido por los pecados de John  Coutts, el castigo de la paz de Juan Coutts fue sobre Cristo y por sus llagas fue John Coutts salvado.”

El moribundo capitán repitió 3 veces el versículo y en la tercera vez su rostro se iluminó. Más tarde John Coutts se fue a la eternidad con Dios.  Todos debemos repetir este versículo poniendo el nombre de Cristo y el nuestro, para tener la seguridad de la salvación, si no la tenemos.

La Angustia “es la aflicción por un estado afectivo que implica un cierto malestar psicológico, sufrimiento mental, tristeza, el miedo a la separación, acompañado por cambios en el organismo.” Ante la muerte el más valiente tiene miedo, su alma se angustia.

Continúa…

Lee Isaías 53:5