Al terminar su carrera ilustre, el líder Josué reunió al pueblo con el propósito de darles un último mensaje. Puso énfasis en la mano providencial de Dios en la historia de Israel. Lo bueno había sido Dios en la dirección que le había dado a Moisés. Los había guiado de Egipto, la tierra de esclavitud hasta la frontera de Canaán, la tierra prometida. Durante el tiempo bajo la dirección de Josué, el pueblo de Israel había entrado a la tierra elegida por Dios para ellos y habían derrotado al enemigo. Ya están dentro de esa tierra, llamada tierra de promisión. Sin embargo, Josué se daba cuenta de que al pueblo se le presentaban opciones. -Moisés les había prevenido contra el peligro de la soberbia y la complacencia después de conquistar las ciudades de los pueblos paganos. Insistió en que debía exterminar a los enemigos y no tener nada que ver con las religiones paganas a los cuales estos rendían culto. Josué se hace eco de muchas advertencias que Moisés había dado al pueblo. Dios había concedido muchas bendiciones a la nación, por lo tanto, el pueblo debe ser leal al Señor. Es por eso que debemos considerar que: 

Las Metas son importantes. Nadie jamás llegó a tener éxito por casualidad. Se debe hacer planes para el éxito, y parte de esa planificación consiste en fijarse en la vida algunos objetivos a mediano y largo plazo. La persona que está decidida no pierde ninguna oportunidad y no pierde el tiempo, para continuar preparándose para realizar su trabajo y lograr los resultados deseados con satisfacción.

Las metas son asuntos concretos. Son acciones específicas que deseamos y podemos realizar. Tenemos que ser realistas y estar seguros en lo que anhelamos lograr. No se debe divagar, se debe ir hacia adelante sin voltear atrás. 

Las metas deben ser medibles para saber lo que hemos recorrido y si hay que corregir el rumbo y se debe hacer con seguridad, sin olvidar el tiempo que nos hace falta para lograrla.

Bajo el liderazgo de Josué, pudo el pueblo lograr la conquista y establecerse en la tierra que Dios les había prometido.

Tu puedes ser lo que quieras ser, aplicando estas consideraciones o principios, dependiendo del consejo del Espíritu Santo y obedeciendo a Dios en lo que Él quiere de tu vida. El apóstol Pablo expresó: “Yo mismo no pretendo haberlo alcanzado, pero prosigo a la meta…”

Lee Josué 24:14-15