Jesús les cuenta la historia de los dos deudores: (Mateo lo registra en el capítulo 18:21-35; un rey quiso hacer cuentas con uno de sus siervos el cual le debía 10 mil talentos (un talento equivalía a $1000 Dólares, la suma resulta unos 10 millones de dólares. Exagerado, pero Jesús lo está usando con un propósito . . .como el hombre no podía pagar, se dio la orden de que tanto él, como su esposa, sus hijos y todo lo que tenía fueran vendidos para liquidar la deuda. Pero el deudor rogó que se le tuviera misericordia y el rey, su Señor le perdonó toda la deuda. El siervo perdonado salió del palacio y se encontró con un conocido que le debía 100 denarios, era aproximadamente unos $ 20 Dólares, una suma insignificante comparada con los 10 millones de dólares que este hombre le debía al rey. Sin embargo, ese hombre lo tomó del cuello a su conocido para que le pagara, pero como no tenía lo llevó a la cárcel, aunque el otro le rogaba que le diera tiempo para pagarle. Sus amigos se dieron cuenta de la injusticia y llevaron el asunto al rey, el primer hombre fue conducido y se le dio el castigo merecido, la cárcel (v. 34-35).
El perdón es un proceso basado en un evento. El evento es el Rey que cancela tu deuda, una deuda que ninguno de nosotros podría pagar. Esta es la razón por la cual Jesús dio el ejemplo de una deuda mayor que no podía pagar el siervo.
El evento es la cruz de Jesucristo. Cuando Dios mismo murió en nuestro lugar, canceló la deuda del pecado que nunca podríamos pagar. Nadie puede perdonar nuestros pecados, solamente Dios, no busquemos paliativos o justificaciones, somos culpables de todas nuestras aberraciones, injusticias, mal proceder y el quebrantamiento de los mandamientos de Dios. Somos culpables. En arrepentimiento sincero, Dios por medio de Jesucristo nos otorga el perdón.
Lee Mateo 18:21-35