~ En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. ~
Evangelio de Juan 1:1
Este versículo ha sido de gran controversia en siglos anteriores o en alguna etapa de la historia del cristianismo. Pero su contenido es tan profundo, sublime y hermoso. El ser humano desde su perspectiva no puede comprender la grandeza de Dios porque para él es incognoscible, misterioso e incomprensible.
Las tres personas de la Deidad siempre han estado eternamente unidas para crear todo lo que ha deseado. Sorprendente, la creación de los ángeles millones y millones. Es majestuoso, ordenado y bello el universo creado por la Deidad incluyendo la tierra, un planeta diferente para que pudiera ser habitado. El agua y la tierra seca, separadas, la creación de la flora, la fauna con sus diferentes especies que habitan en la tierra y el mar.
Así qué, el Logos o Verbo, la segunda persona de la Trinidad o del Dios trino ya existía. El escritor de la carta a los Hebreos declara que Dios: “lo designó heredero de todo, y por medio de él hizo el universo. El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que él es, y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa.” (1:1,2)
El Logos o Verbo es la palabra creadora de Dios, todo lo hizo por él y para él. Este Verbo fue la revelación máxima de Dios, encarnado, tomó forma humana.
Juan 1:11 dice: “Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros . . . Para dar a conocer de Dios su Padre, el plan de redención de la humanidad, la cual estaba perdida al entrar el pecado en el mundo por causa de Adán y Eva. Dios lo hizo por medio de Verbo cuyo nombre fue Jesús (Yesuah) para crear una nueva humanidad o un pueblo redimido por medio de él como Mesías, Salvador y Señor. Jesucristo el Verbo de Dios, dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.” El habla de vida victoriosa ante el mal del mundo que contamina. -Juan 10:10 – El llena el vacío existencial del ser humano que sediento vaga por el mundo buscando como tener satisfacción y propósito en su vida. “Jesús respondió: “el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.” -Juan 4:13-14
Jesucristo vino a este mundo como el Verbo de Dios, cumplió su misión, siendo un hombre justo y perfecto murió para salvar el alma y la vida del hombre del pecado y de la condenación eterna. Resucitó por el poder de su Padre para dar evidencia y seguridad que hay vida eterna. Y todo el que cree en él tiene vida eterna. -Juan 3:15-18
Entrega tu vida a Cristo, la decisión es tuya. (Comparte este mensaje con otras personas).
Lee Juan 1:1-11