“Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón”.

Hebreos 4:12

El escritor de la carta a los Hebreos enseña por analogía que las Escrituras son más poderosas que cualquier espada, sin embargo, funcionan de forma muy parecida. Porque siempre que mantengas delante de ti la Palabra de Dios mientras vas por la vida, esta puede penetrar cualquier problema, dividiéndolo en bien y mal, rectitud y error, mostrándonos lo que precisamos hacer y cómo debemos vivir. Como una espada, la Palabra de Dios puede utilizarse como un arma ofensiva para ayudarnos a crecer y madurar y también como un objeto defensivo para protegernos contra el mal que se aproxima.

¿CÓMO ESTUDIO LA PALABRA DE DIOS?

Estudiamos la Palabra de Dios con la intención de permitir que guíe nuestras vidas. Tal como el Señor Jesus lo hizo como está registrado en Mateo 4:1-11:

“Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo lo sometiera a tentación. Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. El tentador se le acercó y le propuso: —Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan. Jesús le respondió: —Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta del templo, y le dijo: —Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está: “Ordenará que sus ángeles te sostengan en sus manos, para que no tropieces con piedra alguna.” —También está escrito: “No pongas a prueba al Señor tu Dios” —le contestó Jesús. De nuevo lo tentó el diablo, llevándolo a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor. —Todo esto te daré si te postras y me adoras. —¡Vete, Satanás! —le dijo Jesús—. Porque escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él.” Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles acudieron a servirle.”

A medida que prácticas el estudio de la Biblia, Dios quiere hacer obrar su Palabra en ti y por medio de tu vida.

Lee 2 Timoteo 3:14-17