“Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras para que nadie se jacte”.

Efesios 2:8-9

La salvación es muy fácil de entender. Dios lo dijo de una forma muy clara y profundamente sencilla: “En ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos”. Hechos 4:12 

A lo largo de los siglos, los cristianos han estado unidos en cuanto a lo que la salvación en Cristo no es.

La salvación no es algo que podamos ganar o merecer.

Cuando los creyentes judíos intentaron añadir la circuncisión a la ecuación, los apóstoles se reunieron en un concilio e hicieron esta declaración unida: “No puede ser! Más bien como ellos creemos que somos salvos por la gracia de nuestro Señor Jesus”. Hechos 15:11

La salvación no es uno de muchos caminos. 

El apóstol Juan registra estas palabras de Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida… nadie llega al Padre sino por mi”. Juan 14:6.

La salvación no es una reconciliación incondicional para todos los humanos. (Universalismo). 

Al final del tiempo en el juicio final, aunque es bonito pensamiento, no todos entrarán al reino eterno de Dios.

“Luego vi un gran trono blanco y a alguien que estaba sentado en él. De su presencia huyeron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno. Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono. Se abrieron unos libros, y luego otro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según lo que habían hecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros. El mar devolvió sus muertos; la muerte y el infierno devolvieron los suyos; y cada uno fue juzgado según lo que había hecho. La muerte y el infierno fueron arrojados al lago de fuego. Este lago de fuego es la muerte segunda. Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego.”

¿Que cambio produce esto en mi modo de vivir?

Buscamos agradar a Dios debido a lo que ha hecho por nosotros, no para ganarnos una relación con El. Andamos en Gracia. Es decir, vivimos bajo la gracia que nos concede nuestro Señor Jesucristo.

Les ofrecemos gracia a otros. No olvidemos la parábola de Jesús del siervo ingrato registrada en Mateo 18:21-35. Sería equivocado e incoherente que nos negáramos a ofrecerle gracia y perdón a otra persona a la luz de la gracia y el perdón que Dios nos ha concedido a nosotros.

Lee Efesios 4:9 Mateo 18:21-35