“Por la fe, Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios”

Hebreos ll:5

“Muchas cosas agradables existen en la vida. La más suprema de todas es encontrar agradable nuestra comunión con Dios y vivir una vida que agrada al Maestro y Señor.”

Hoy sé que tengo por delante horas que Dios me ha regalado para vivir en la plenitud de su gracia y de su amor, por lo tanto, mi deseo es, en esas horas, mantener una clase de vida que agrade al Señor.

En los seres humanos siempre ha existido el deseo de agradar a Dios, pero nos equivocamos continuamente creyendo que agradamos a Dios porque hacemos cosas para Él, porque cumplimos con ciertas normas religiosas o porque hacemos obras buenas. Y todo eso es bueno, pero la Palabra de Dios, en el libro de Hebreos, dice que Dios llevó a Enoc al cielo sin mirar la muerte, y que antes de ser llevado Enoc tuvo testimonio de haber agradado a Dios.

¿Cómo se agrada a Dios? En el versículo 6 de Hebreos 11 se dice: “Pero sin fe, es imposible agradar a Dios.” Es, pues, una vida de fe lo que agrada a Dios.

Hoy, quiero comenzar viviendo una vida que agrade a Dios; quiero tener esa vida de fe. Entiendo que fe es confianza, rendición y dependencia absoluta del Creador.

Hoy no puedo bastarme a mí mismo… Pero es en mi debilidad que su gracia me basta.

¿Qué hace una persona que tiene fe? El versículo 6 de Hebreos 11 lo dice: “Es necesario que quien se acerca a Dios…”: Lo primero que hace alguien que tiene fe es acercarse a Dios. Hoy quiero acercarme a Dios y beber de su fuente, porque sin su agua muero de sed.

“Crea que le hay…” La segunda cosa que hace quien agrada a Dios es que cree que Dios es y está ahora a su lado: Porque se acerca a Dios es que termina comprendiendo que Dios es y está a su lado. Hoy quiero vivir convencido de que Dios es y está a mi lado.

“Que es galardonador…” La tercera cosa que hace quien agrada a Dios, porque vive en estado de fe, es creer firmemente que Dios es galardonador de los que lo buscan. Si el que se acerca Dios termina convencido de que Él es y está, descubre que Dios galardona a quienes lo buscan. Dios galardona con su presencia a quienes lo buscan.

No importan las experiencias que tenga que enfrentar si mantengo mi confianza absoluta en Dios: esa fe me llevará a acercarme a Dios, el acercarme a Dios me persuadirá de que Dios es y está y una sonrisa brillará en mis labios porque experimentaré en mí mismo que Dios es galardonador de los que lo buscan.

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