Y el ángel dijo: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios… Porque para Dios no hay nada imposible”.

Lucas 1:35, 37

La noche del 24 de diciembre es de inspiración y llena de ternura cuando recordamos al Niño Dios que vino para cambiar nuestro destino como Redentor, un día lo veremos llegar con sus millares de ángeles.

“Porque para Dios no hay nada imposible” (Lucas 1:37). Repetirlo es fácil, pero creerlo no es tan fácil, a menos que aprendamos de otros que ya lo experimentaron.

Debemos Aferrarnos A Creer La Verdad: “Que no hay nada imposible para Dios”

La Virgen Maria, una joven mujer, aprendió esta verdad; ella puso su fe en el propósito de Dios y su obediencia la llevaron a ser madre del Mesías Jesús. La promesa se cumplió para bendición de la nación de Israel y para las naciones del mundo. En esa noche los ángeles dieron esa noticia a los asustados y sorprendidos pastores de Belén, los cuales fueron y comprobaron que el Mesías Salvador había nacido, la alegría los invadió, fueron a dar la noticia a otros y la noticia se esparció. Dios cumplió su palabra de enviar al Mesías, Emmanuel, Dios con nosotros.

Continúa…

Lee Lucas 1:34-37