LA ACTITUD DEL GOZO GENUINO

“Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor . . . ” Jesús el Señor tenía un gozo inalterable, alegre, entusiasta. Un gozo o alegría no voluble y que no necesitaba “muchas cosas” para seguir sonriendo a la vida. Un gozo profundo y firme a pesar de las circunstancias adversas. Jesus dijo: “Nadie les quitará el gozo” (Juan 16:22) ¿por qué  no? Porque es el gozo suyo.

Sucede con frecuencia que los padres varones se mantiene con toda firmeza frente a las tribulaciones, pruebas, situaciones difíciles de la vida, eso se les admira, pero después, quedamos postrados, cansados y a veces los que lo rodean no se dan por enterados; resultado el padre se desilusiona. A veces sucede con la mamá cansada y desilusionada y a veces son los hijos los que se cansan de padres intolerantes y necios. Cuando somos fortalecidos por el gozo de Cristo hay un comportamiento diferente, se soporta aún la desilusión.

Como seguidores de Cristo nuestro Señor y Salvador:

(1) No perdamos de vista, las actitudes nobles que debemos tener: el entusiasmo aunque las circunstancias no nos favorezcan o la actitud negativa y pusilánime de otros, que quieran afectarnos. 

(2) Seamos humildes primeramente ante nuestro Dios y ante otros, fuera vanidad, o pedantería o soberbia. Eso Dios lo detesta.

(3) Hagamos las cosas que nos corresponden en el hogar, en el trabajo y en el servicio a Dios con entusiasmo, no nos quejemos, hagámoslo con ánimo.

(4) Imitemos a Jesús el Mesías con esa alegría que le caracterizaba, gozo radiante, felicidad atractiva; disfrutemos eso, disfrutemos nuestra vida, no sólo pensemos en los demás, pensemos también en nosotros.

Jesús el Señor nunca perdió la compostura a pesar de las críticas y vituperios, nunca se sintió culpable de nada. Tampoco nosotros lo hagamos, si hay algo que corregir hagámoslo y no caigamos en la necedad. Escucha la crítica negativa sin que te afecte, nuestro Dios nos conoce y se siente satisfecho con nosotros, tu también siente satisfacción por lo que eres y por lo que haces de manera responsable. Di sí a la vida, o como dijo el poeta mexicano Amado Nervo: ¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

Lee Filipenses 3:1-3