Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo: —Yo soy el Dios Todopoderoso. Vive en mi presencia y sé intachable. Así confirmaré mí pacto contigo, y multiplicaré tu descendencia en gran manera. Al oír que Dios le hablaba, Abram cayó rostro en tierra.
Génesis 17:1-3a.
Qué maravillosa y formidable experiencia de este pagano llamado Abram, nunca había oído hablar de este único y verdadero Dios, el creía y veneraba algún dios de su propia cultura. Abram era descendiente de Sem el tercer hijo de Noé quien se salvó del diluvio porque obedeció al Dios único Todopoderoso. El padre de Abram era Teraj, sus hermanos eran Nabor y Jaran.
En ese primer encuentro que tuvo Abram con el Todopoderoso, le continuó diciendo: “Éste es el pacto que establezco contigo: Tu serás el padre de una multitud de naciones. Ya no te llamarás Abram, si no que de ahora en adelante tu nombre será Abraham, porque te he confirmado como padre de una multitud de naciones. Estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia, como pacto perpetuo, por todas las generaciones. Yo seré tu Dios, y el Dios de tus descendientes” (17:4-7). Impresionante, el Todopoderoso, el Omnipotente Dios hace a este hombre promesas que son sorprendentes, las cuales según la historia bíblica se cumplieron. Aun en nuestro tiempo respecto a la tierra prometida a Abraham para sus descendientes. Aun faltan otras que se cumplirán a su descendencia.
Cuando Dios en su poder se compromete por medio de promesas El las cumple. En Su Sagrado Libro, la Biblia, puedes leer estas promesas, puedes tomar la que se ajuste a un anhelo o meta que persigues pidiendo a El en oración que la cumpla en tu favor, diciéndole que la crees y te apropias de ella, en su debido tiempo lo cumplirá y debes ser agradecido con El-Shaday, Todopoderoso y Omnipotente Dios.
Lee Génesis 17:1-8