QUINTO ARREPENTIMIENTO: Desearía Haber Sido Más Feliz.

Ese lamento es sorprendente y común en las personas que están en sus días finales. Lamentablemente otros que están vivos tampoco son felices.  Consideran que la felicidad es algo que no le dan importancia o expresar, “con que mi familia inmediata sea feliz por mi esfuerzo al darles todo lo que necesitan, su confort, su realización, y ayudarles a resolver sus problemas con eso me basta”. Qué lástima, porque la felicidad según algunos: es un estado de grata satisfacción, espiritual, mental y física. Pero La felicidad debe ser una elección en todo tiempo, hasta al final de nuestros días. Si la felicidad la tomamos solamente como una emoción en ciertas circunstancias la perderemos, así como se pierde la alegría. Pero si la felicidad la consideramos como dijo Jesús: “Yo les doy Vida en abundancia” (Juan 10:10). Eso significa: tener una sobre abundancia de vida victoriosa y feliz. Si seguimos a Cristo Jesús, no perderemos lo que nos ofrece, porque es vida victoriosa sobre los males y los infortunios de la vida eso nos da felicidad.

Yo he considerado que: cada persona, sea hijo, nieto, hermano o hermana tienen la responsabilidad de resolver sus situaciones cuando son jóvenes mayores y no depender del padre o de la madre para que solucionen sus errores, que ellos mismos cometieron, una cosa es el apoyo o el consejo y otra es asumir esa responsabilidad personal por parte de los padres. La felicidad, siendo una satisfacción espiritual, física y mental, es una elección responsable delante de Dios. Es tu vida.

Muchos de ustedes han experimentado que es posible volver a reír después de una enfermedad difícil o de una cirugía o que te diga el médico: “Estas sano”. Jesús, usó esa expresión, imaginen la emoción que embargo a esas personas. Elige con sabiduría, con  honestidad hacia ti mismo y hacia Dios de ser feliz a partir de hoy, si no lo eres, Cristo te ofrece su gozo que es una manifestación maravillosa de felicidad.

Ustedes y yo en nuestros día finales no muramos con ninguno de estos 5 arrepentimientos. Para nosotros la meta debe ser morir en paz con Dios, con otros y con uno mismo.

Lee Juan 10:1-18