LA CUARTA CONSIDERACIÓN PARA NOSOTROS ES: “Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón” (v.13).
La búsqueda de Dios ha sido un asunto de muchas generaciones. La búsqueda de Dios es su trascendencia, la cual es necesaria e indispensable para todo ser humano, porque El trasciende tiempo y espacio. Para comprender la trascendencia y la búsqueda de Dios la persona debe estar dispuesta a usar la fe, lo más importante para eso, es la oración, buscar su presencia para tener comunión con Él y decirle lo que consideras de Él, no solo para pedir, sino para conocer más de Él y tener mejor relación y comunión. La oración ayuda a cultivar nuestra fe.
¿Por qué buscar a Dios? Por la soledad que llegamos a tener como seres humanos. Es la necesidad de ser comprendido, de ser aceptado. Necesitamos un punto de apoyo. La búsqueda de Dios para nosotros debe ser continuamente, debe ser el deseo de nuestro ser interno. La búsqueda de Dios debe ser desde dentro de nosotros, desde el corazón como símbolo de nuestra alma.
¿Cuál es la respuesta? La promesa de Dios: “Me dejaré encontrar” afirma el Señor (v. 14). Cuando lo busques y lo invoques Él estará ahí donde tú estés. A veces nuestro Padre Dios toma la iniciativa y nos busca, nosotros nos escondemos como lo hizo Adán en el paraíso. Debemos depender de Dios para tener un mejor futuro. Recuerda, búscalo todos los días y conocerás su voluntad, te mostrará los planes que tiene para ti o estará de acuerdo contigo en lo que le pides. Apliquemos este mensaje a nuestra vida.