Resolución numero cuatro:

Un Corazón Comprometido.

El apóstol Pablo escribiendo a los cristianos de Roma les dice: “Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente. Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu”(Romanos 12:10-11).

Todo ser humano y aún más, los que nos llamamos cristianos o discípulos de Cristo debemos aceptar estas recomendaciones que nos da el apóstol. A veces el amor fraternal tiene sus vertientes, hay personas que creen que como somos cristianos debemos ayudarles a resolver sus problemas, frecuentemente es de dinero, si uno niega este servicio se molestan, o se enojan y retiran la comunicación. Considero que el amor fraternal es recíproco, el servicio también debe ser recíproco y cuando no se puede dar debemos comprender y no pecar pensando que tal o cual persona no son verdaderamente cristianos. Y esta incomprensión es también entre familiares que se alejan de esa fraternidad.

El servir a Dios a través de cualquier acción o actividad que beneficie a otros o a la comunidad debe hacerse de manera comprometida como si fuera al Señor mismo. Debemos respetar y honrar a los ancianos, a los líderes, al pastor, a los misioneros. También debemos ser respetuosos a los que están en eminencia, a los gobernantes y a todo aquel que merece honra. Ser diligente indica que debemos servir oportunamente, esforzados y sin quejarnos. No debemos esperar que se nos reconozca o que tengan gratitud, si lo hacen aceptarlo y si no lo hacen no disgustarnos.

Continúa…

Lee Romanos 12:9-13