La Segunda cosa que se nos dice, es que:

2- Jesús es el Sumo Sacerdote de Dios, sobre su casa, en los cielos.

La función del sacerdote era la de tender un puente entre el hombre y Dios. Para expresarlo de una manera más simple, Jesús no sólo nos muestra el camino que conduce a Dios, sino también como sumo sacerdote nos introduce en su misma presencia. Por la muerte de Jesús en nuestro favor, ya no hay nada que nos cierre las puertas o nos bloquee el camino.

La Tercera cosa que nos dice es:

3- Que Jesús es él que realmente puede purificar.

El sumo sacerdote en el templo o tabernáculo se lavaba y se purificaba en el lavatorio de agua limpia. Pero esto era ineficaz para remover la mancha misma del pecado. Sólo Jesús con su sangre puede purificar efectivamente el corazón y el cuerpo del hombre. Su purificación no es externa es interna. Por su presencia y su Espíritu que purifica los pensamientos más íntimos del corazón y los deseos más recónditos u ocultos del ser humano hasta que queda realmente limpio cuando lo recibe como su Salvador y Señor.

Continúa…

Lee Hebreos 10:19-22