4- A Jesús pertenece el poder sustentador.

Por su poder hace que todo siga en marcha hacia adelante. Los cristianos del primer siglo tenían una comprensión tremenda de la verdadera providencia. (La providencia divina  significa que todo ocurre por una razón, tanto las cosas grandes como las pequeñas, tanto el bien como el mal). “Dios está obrando todas las cosas según el concepto de su perfecta y buena voluntad” Carta a los Efesios 1:11.

Los cristianos del tiempo de los apóstoles nunca pensaron que Dios hubiera creado el mundo para luego abandonarlo. De algún modo y en algún lugar existía un poder en la vida y en el mundo que conducía cada cosa y cada vida a su fin establecido. 

5- A Jesús pertenecía la obra redentora.

Él llevó acabo la necesaria purificación del pecado de los hombres. Con su sacrificio pagó el precio y con su presencia continúa liberando del pecado a todo ser humano que lo busca. De ahí la importancia de compartir su amor y su salvación a las personas que conocemos.

Continúa…

Lee Hebreos 1:3, Salmo 102:25-27