Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.

Carta a los Hebreos 4:16

Como seres humanos y también como creyentes y seguidores de Cristo Jesús enfrentamos problemas de diferentes clases como débiles y frágiles criaturas, nos enfermamos o sufrimos a accidentes inesperados. Eso nos aflige y nos lleva a tener que buscar ayuda para salir de esa situación trágica. Como cristianos tenemos una ventaja comparada con los otros que no lo son. Nosotros tenemos esperanza de poder tener la victoria ante esas lamentables situaciones que padecemos o que padecen nuestros seres queridos, así como la persecución o menosprecio por ser seguidores de Jesucristo.

El escritor de esta hermosa y profunda carta fue escrita a los exiliados cristianos judíos que padecían persecución por su fe en Cristo. Su perseverancia debe nacer de su comunión con Dios, actividad en favor de Dios, fe en Él, la conciencia y esperanza de ser oídos al presentar sus oraciones y ruegos ante el trono de su gracia; esta gracia es su gran misericordia en favor de sus hijos.

Desde su permanente trono de gracia, el cual es inconmovible para prestar socorro en el momento preciso, a sus hijos que sufren persecución por su fe en su Hijo Cristo Jesús el único Sumo Sacerdote y ante sus sufrimientos por pruebas o tribulaciones. Él es capaz de compadecerse de ellos.

Sumo Sacerdote que por obediencia a su Padre se sacrificó por amor a una humanidad caída, de manera particular por aquellos que creerían en él y recibirían el perdón de pecados por parte de un Dios satisfecho con su muerte por pago a su justicia. En tus necesidades y situaciones adversas por tu fe acude al trono de la gracia de Dios y recibirás oportuno socorro.

Lee Hebreos 4:14-16