La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a que aferrarse. Por el  contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz! Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Filipenses 2:5-11

Al leer esta carta a los filipenses, no es difícil descubrir, si se recuerda que el propósito principal del apóstol Pablo al escribirles, es aconsejar de manera práctica a estos creyentes en Cristo; porque hay una amenaza con disolver la unidad de los creyentes. Y escribe contra la actitud de algunos de expresarse egoístamente, el apóstol Pablo pone la actitud de Cristo como el ejemplo supremo de obediencia. “La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús” (V. 5).

Al leer estos versículos uno debería sentirse inclinado a alabar y dar gracias a Dios por Cristo Jesús. Algunos estudiosos del Nuevo Testamento consideran que estos versículos y otros más enviados por carta a los Filipenses es el pasaje más importante y emocionante que el apóstol Pablo escribió sobre Jesús. Porque aquí se plantea su pensamiento favorito. Lo esencial es la simple consideración que el apóstol ya había hecho a los corintios: “Jesús siendo rico se empobreció por nuestra causa” (2 Corintios 8:9),  nadie de nosotros quiere ser pobre, es decir estar en desventaja de los demás, vivir solo con lo indispensable. No podemos aceptar que aquí en México exista mucha gente viviendo de esa manera. Jesús experimentó la pobreza, cuando joven vivió del producto de su trabajo como carpintero y lo que ganaba apenas era suficiente para alimentar a su mamá, a cuatro hermanos más a sus hermanas.

Jesús a los 30 años de edad continuó siendo pobre porque al irse de su casa en Nazaret tuvo que aceptar que mujeres pudientes los alimentaran a él y a 12 más de sus recursos y el tesorero era Judas de Iscaria el cual era ladrón.

Continúa…

Lee Filipenses 2:1-11