1— El matrimonio puede ser una experiencia muy feliz, mediocre o infeliz en la vida. Algunos matrimonios son felices, otros no y otros están estancados y luchando por sobrevivir, hay conformismo, no se avanza hacia una relación mejor. Porque uno de ellos es conformista y el otro cae en la indiferencia provocando apatía. “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser (Génesis 2:24).

2— El amar y vivir con el compañero(a) implica esfuerzo y dedicación y darse a sí mismo en beneficio del otro. “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso, ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor” (1 Corintios 13: 4-5).

3— En las relaciones humanas la más maravillosa es una familia cristiana y el hogar donde el marido, la esposa y los hijos viven en amor y en paz. “En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo. Hijos, obedezcan en el Señor a sus padres, porque esto es justo” (Efesios 5:33; 6:1).

4— Cuando la satisfacción o la seguridad de otra persona llega a ser tan importante para uno como la propia, puede decirse entonces, que existe una situación de amor. No puede hablarse de que hay amor en ninguna circunstancia, diga lo que diga la cultura popular. “Sométanse unos a otros, por referencia a Cristo. Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y Salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo” (Efesios 5:21-23).

Lee Efesios 5:21-33