ES UNA REVELACIÓN PROGRESIVA

La Biblia no es solo una revelación específica al hombre; es también una revelación progresiva. Cuando el creyente comienza un estudio sistemático de la Biblia, libro por libro, descubre que es un desarrollo gradual del plan y el propósito de Dios. Cuando un niño está en primer grado en la escuela no le dan a leer don Quijote, tampoco problemas de álgebra para resolver, en vez de ello se le dan láminas y símbolos, aprende el alfabeto, a escribir palabras sencillas. El desarrollo progresivo de su mente comienza allí. Sucede lo mismo con la Palabra de Dios, comienza con el hombre, dice el profeta Isaías: “mandamiento sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá” (Isaías 28:9-10).

Hasta que vino Jesús, la revelación completa; vivió entre los hombres mostrándoles cómo es Dios realmente. El dijo: “Yo y mi Padre una sola cosa somos” (Juan 10:30). “El que me ha visto a mi ha visto al Padre” (Juan 14:8-11).

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Lee Juan 14:8-14