Las Escrituras son útiles para reprender, esto se refiere a la reprensión que el ser humano necesita cuando se ha desviado del propósito de Dios, al cometer ciertas aberraciones, infringir los mandamientos de Dios.

También las Escrituras son útiles para corregir la conducta, después de la reprensión como un llamado a la conciencia humana se necesita cambiar, experimentando un sincero arrepentimiento para que se le otorgue el perdón por su creador, su Dios o su Padre celestial.

El apóstol Pablo termina este reconocimiento de la Sagradas Escrituras expresando que son útiles para instruir en justicia, es decir persuade al hombre a ser justo con Dios y con su prójimo hasta que esté listo para toda buena obra.

El leer y estudiar las Sagradas Escrituras no solo debe ser provechoso para el individuo, sino también para compartir sus beneficios con otras personas, para que aprendan lo que es la voluntad de Dios, y sean salvos de la ira venidera, entren al reino de Dios por medio de Cristo Jesús, el Señor y Salvador.

Lee 2 Timoteo 3:14-17