Porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo.

Primera carta del apóstol Pablo a los Corintios 3:11

Hay algunas religiones muy numerosas en el mundo, por ejemplo: el Induismo, el Confucionismo, el Islamismo, el Budismo, el Judaísmo y el Cristianismo, etc. Todas ellas sustentan que tienen la verdad sobre la vida del hombre, su presente y futuro. También tienen un líder prominente o un sistema basado en escritos que sustentan su verdad y organización. Algunas tienen uno o más profetas que revelan sus verdades o han anunciado asuntos sobre el futuro. Los prominentes líderes de estas religiones están muertos, existe su tumba y le hicieron monumentos para recordarlos. Una sola de estas religiones tiene un sepulcro vacío, porque el Mesías y Maestro predijo su muerte y resurrección al tercer día, este es Jesucristo, quien durante cuarenta días se apareció vivo una y otra vez a sus discípulos, en la última ocasión estaban quinientos de sus seguidores juntos y él se despidió de ellos prometiendo que volvería al final de los tiempos.

El Cristianismo es la religión con más seguidores que las otras religiones. Uno de sus fervientes seguidores se convirtió del judaísmo y creyó en Cristo Jesús, como el Mesías prometido a su pueblo; creyó porque se le apareció después de haber resucitado, éste fue Pablo (Saúl o Saulo de Tarso).

El afirma en su carta a los corintios que Cristo es el único fundamento para una relación efectiva con Dios. Esto indica que no se puede confiar o poner la fe en una doctrina o enseñanza, o en un hombre mortal y pecador como son los fundadores de las otras religiones. Cristo fue un hombre perfecto, sin pecado, lo demostró a sus enemigos y seguidores. El fue la revelación del único Dios vivo y verdadero creador de todas las cosas, es el único que se ha adjudicado el título y derecho de ser Hijo de Dios. Sólo en él se puede encontrar la vida eterna, la cual él ofrece a todo ser humano, así como una relación y comunión verdadera con el único Dios.

Al morir, el creyente en él, su alma o espíritu se presenta ante su creador, sustentador, redentor, Dios y Padre para disfrutar de esa vida eterna prometida y un día en el futuro gozará del reino de Cristo en la tierra al efectuarse la resurrección de todos sus seguidores que creyeron en él y poseerán la tierra renovada o recreada para vivir eternamente.

Reconoce a Jesucristo, como el único fundamento para tu vida, tendrás paz, salvación de tu alma y seguridad. Nadie podrá separarte de él.

Lee 1 Corintios 3:10-15