El Rey Salomón dijo: “Sobre toda cosa guardada, cuida tu corazón;  porque de él viene la vida” (Proverbios 4:23). No solamente viene la vida física, sino la vida espiritual y eterna. ¡Que nada nos detenga! Debemos aprovechar el tiempo para entregar nuestro corazón y vida a Dios por medio de Jesucristo. Decidir amar a Dios, y amarlo más cada día, y al prójimo que está extraviado lejos del Señor para que tome la buena decisión de entregar también su vida a Él, porque si perece, morirá eternamente. No demos por hecho que los familiares llegarán al cielo sin arrepentimiento, sin el perdón de Dios y la salvación del alma sin Jesucristo … Jesús dice en la bienaventuranzas: “Felices, los de limpio corazón porque ellos verán a Dios” Mateo 5:8. “Una persona es una persona, no importa su tamaño”, “Protejamos lo minúsculo” antes que sea demasiado tarde.

Jesús dijo: que la semilla de mostaza era la más pequeña de las semillas, pero cuando crece la planta que de ella brota, se convierte en un árbol frondoso en cuyas ramas las aves hacen sus nidos (Mateo 13:32). Así es la fe del corazón, la cual depositada en la persona de Cristo, trae resultados asombrosos.

Esta oración es de Will Aplicano, un escritor: “Señor, te doy gracias porque tú continúas tu obra en mí, hasta verla completa. Hoy comprendo, que hay grandes tesoros en pequeñas cosas que debo proteger, para asegurar el futuro que has depositado de antemano. Gracias por tu bondad y por tu generosidad para mí. Amén”.

Lee Mateo 13:31-32