“Reconócelo en tus caminos y él allanará tus sendas”

Proverbios 3:6

No se puede visitar Paris sin ir a ver la torre Eiffel, toda ella de hierro laminado y acero, que construyó el francés Ing. Alejandro Gustavo Eiffel (1832-1923) iniciando la construcción en 1887 y terminándola en 1889. Un tiempo después llegó a Paris el inventor Thomas Alba Edison, físico e inventor (1847-1931) en ese entonces ya tenía 1370 patentes. Subió a la famosa torre y se le invitó a escribir en el libro de oro alguna nota. “Al Sr. Eiffel, el valiente constructor de esta obra tan gigante y original de la moderna ingeniería de parte de un hombre que siente las más grande admiración por todos los ingenieros, incluido el más de ellos: DIOS.” – firmado por Tomas Alba Edison.  ¡Qué sabiduría de personaje!, porque la sabiduría nos ayuda para reconocer a Dios como el más grande.

La grandeza de Dios es maravillosa, nos cuesta comprenderla. Es por eso que necesitamos adquirir sabiduría porque tiene sus beneficios, podemos conocer más a nuestro Creador, Sustentador y Redentor. La sabiduría nos proporciona estabilidad moral y sus recompensas primordiales y positivas son la felicidad y la seguridad.

En este capítulo de Proverbios hay tres consideraciones: El primero es una entrega completa a Dios, para conocer más de su grandeza, de su persona y de lo que Él desea de nosotros. El segundo habla de la felicidad de confiar en Dios, es necesario porque de eso depende nuestra seguridad y nuestro bien vivir porque necesitamos de su protección cada día, la vida es incierta, cada día trae sus propios afanes. Y el tercero subraya la seguridad del andar con Dios.

No lo olvides, Dios es grande y nos ama, conócelo más porque Él es nuestro amante Padre.

Lee Proverbios 3:5-8