Vivimos tiempos difíciles en cuanto a la fe que se proclama por doquier en el nombre de Jesucristo. Hay confusión, inquietud, perplejidad y decepción.  Influencia sutil de expositores que tergiversan el evangelio para provecho propio o de manera institucional. Presentan a un Cristo religioso, tolerante, sincretista y en adaptación a un ecumenismo con las religiones de misterio. ¡Qué absurdo! Sea el cura de Roma que va de un lugar a otro en esa promoción de una religiosidad comercial, política, santera, supersticiosa y pagana; con un disfraz de bienhechor, aparentando un evangelio social. También en el protestantismo, en congregaciones carismáticas, seudocristianas o de otro corte espiritualista o filosófica, por medio de sus expositores llamados pastores, presbíteros, ancianos y en predicadores televisivos, proclamando un evangelio de prosperidad económica, sin compartir la esencia del evangelio de Jesucristo, que convierte el alma por la intervención del Espíritu de Dios. La Escritura Sagrada dice: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es un regalo de Dios, no por obras para que nadie se jacte” (Efesios 2:8) No por dinero, ni por sacrificios.

Unos y otros falsifican la verdad original de aquel que dijo: “No todo aquel que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?” Entonces les diré claramente: “Jamás los conocí. Aléjense de mí, hacedores de maldad” (Evangelio de Mateo 7:21-23). Esto deben tomar en cuenta los predicadores se han sacerdotes, pastores, misioneros, profetas, etc.

En otro aspecto, la voluntad de Dios es que nadie se pierda, sino que todos vengan arrepentidos y acepten por gracia la salvación provista por El, por medio de Jesucristo como el único Salvador suficiente, sin obras meritorias del ser humano, religiosidad hipócrita, supersticiones, tradiciones y paganismo. El mismo Señor, Mesías, Salvador dijo: “Esfuércense por entrar por la puerta estrecha, porque les digo que muchos tratarán entrar y no podrán” (Evangelio de Lucas 13:24).

¡Ten cuidado! Confía y sigue solamente a Cristo, en sincero arrepentimiento, fe y creyéndole que él es el único Sumo Pontífice, Señor y Salvador. ¡A Él solamente sea la gloria! En los cielos, y en la tierra, por siempre jamás.

Lee Mateo 7:13-23