“Aquí comienza la maravillosa historia de Jesús el Mesías, el Hijo de Dios. En el libro que escribió el profeta Isaías, Dios revelo que enviaría a la tierra, pero que enviaría primero a un mensajero extraordinario a preparar el mundo para su venida. “Una voz clama en el desierto”, dijo Isaías. “Prepárense para la venida del Señor, rectifiquen sus vidas.” Ese mensajero fue Juan el Bautista.

Un día Jesús llego de Nazaret de Galilea, y Juan lo bautizó en el rio Jordán. En el instante en que subió del agua, vio los cielos abiertos y al Espíritu Santo que descendía sobre El en forma de paloma, y escuchó una voz del cielo que le dijo: “Tu eres mi Hijo amado; en ti estoy muy complacido”. (Evangelio de Marcos)

  • Evangelio: Las buenas nuevas de Jesucristo.
  • El Evangelio es la enseñanza del poder de Dios por medio de Jesucristo. Sus hechos, vida, muerte y resurrección para todos los que quieran ser salvos, recibir el perdón de pecados, tener una vida nueva aquí en la tierra, y de esperanza eterna.
  • El bautismo de Jesús no fue de arrepentimiento, ya que era justo, obediente al Padre y sin pecado. Su bautismo era el testimonio de su aceptación, de la misión que el Padre le encomendó en favor de la humanidad. Profetizando sus sufrimientos, muerte, sepultura y resurrección. Capacitado por el Espíritu Santo para cumplir con su mesianismo. Participando la Trinidad; el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. 
  • El Padre declaró: “Tu eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo.” La obediencia de Jesús el Cristo es nuestro ejemplo; el Padre de Él, es nuestro Padre porque en Cristo fuimos adoptados. Por lo tanto, debemos obedecer a Dios en todo lo que nos manda y obedecer las enseñanzas de Jesucristo. Si ya lo has recibido como Salvador y Señor en tu vida, déjate discipular, bautízate como El enseñó y sigue estudiando su palabra para tu crecimiento.

Lee Marcos 1:9-13