La cuarta disciplina es: El evangelismo, compartir el evangelio de Jesús a toda persona con quien tenemos amistad, parentesco o amistad e inmediatamente discipularlos tal como alguien lo hizo con nosotros, aprendimos por medio de lecciones las verdades del evangelio, como comprender e interpretar la Biblia.

La quinta disciplina es: Servir a la gente, sin esperar ninguna recompensa. Cada favor o servicio que hacemos a los necesitados, a los enfermos y a todo tipo de personas, es gratificante y da honra a Dios, a Cristo y a su Espíritu.

La sexta disciplina es: Comunión o compañerismo con otros creyentes o discípulos de Cristo para fortalecer nuestra hermandad en él. Tener amistad cristiana, es retroalimentarnos.

El último requerimiento que Jesús mencionó a sus apóstoles y a nosotros es: Seguirlo. Esto es imitarlo, parecernos más a él cada día, eso es ser cristiano. Debemos crecer en el conocimiento de él para tener poder espiritual, para no claudicar en nuestra fe y ser infiel.

Hay cristianos que desertan por falta de convicción en Cristo, o por conveniencia, o por vergüenza, eso es peligroso, porque podemos recibir la disciplina de Dios el cual es nuestro Padre. El Padre que ama y es responsable de sus hijos los disciplina. Debemos ser fieles a Dios y a Cristo en toda circunstancias.

Lee Lucas 10:1-16