Todos hemos experimentado en alguna ocasión, despedir a alguien de nuestros seres queridos, por trasladarse a vivir a otra ciudad distante, o algún otro país, eso produce tristeza porque no sabemos si los volveremos a ver. Lo más difícil es despedirnos de alguien que se va a morir, no sabemos que decir ni esa persona ni nosotros. Jesús el Señor había estado más de 3 años cada día y cada noche con sus apóstoles, pero llegaba el momento de despedirse y lo hace estando en el aposento alto para celebrar la pascua. Dice Juan en el capítulo 13 “Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin”. Cenó con ellos, después les lavó los pies, volvió a la mesa y predice la traición de Judas, así como la negación de Pedro. Cuando salió Judas de la reunión para completar su traición, Jesús les dijo: “Mis queridos hijos, poco tiempo me queda para estar con ustedes . . . a donde yo voy, ustedes no pueden ir” (13:33) —¿Y a dónde vas, Señor? —preguntó Pedro. “A donde yo voy, no puedes seguirme ahora, pero me seguirás más tarde”. (13:36) —Dijo entonces Tomás: “Señor, no sabemos a dónde vas, así que ¿cómo podemos conocer el camino?” “Yo soy el camino, la verdad y la vida.” — le contestó Jesús “nadie llega al Padre sino por mí” (14:5-6). En seguida Jesús les promete el Espíritu Santo y la obra que haría en su favor. Jesús se presenta a ellos como la vid verdadera y a ellos les dice ustedes son los pámpanos o ramas, espero que produzcan mucho fruto si están adheridos a mí (Capítulo 15).

En el capítulo 16 leemos la maravillosa profecía de Jesús, aquí dirige su mirada al futuro, hacia la edad que vendrá a la tierra. Los judíos consideraban que el tiempo estaba dividido en dos edades: una edad actual que ha sido muy mala y estaba condenada a terminar y la otra edad, está por venir, la cual será gloriosa, algunos la llaman, la edad de oro de Dios. Entre ambas edades estará el día del Señor, descrito en la profecía de Isaías 13:9; Joel 2:1-2; 2 Pedro 3:10. Es la imagen de los dolores de parto cuando Jesús regrese a este planeta, el mundo se estremecerá, se convulsionará, habrá catástrofes por todos lados, una súper guerra llamada Armagedon, no será Vladimir Putin, será Gog otro líder al mando de Rusia y en lugar de Ucrania, será la tierra de Israel la cual invadirá con la tierra de Magog (países islámicos), pero se desintegrarán todas la cosas, todos los ejércitos serán aniquilados, se salvará un remanente de Israel y se iniciará la era de paz, el milenio, el establecimiento del reinado de Cristo. Jesús conocía la profecía y ahora dice a sus discípulos: “los dejo, pero volveré, pero antes de eso, ustedes habrán que pasar por el sufrimiento por causa mía, no obstante si permanecen por fe, el futuro será diferente para ustedes”, algunos de esos discípulos murieron por causa de Cristo.

Permanecer en la fe y en la fidelidad a Cristo se aplica también a nosotros y a todos los seguidores de Cristo en todas las épocas y lugares.

Continúa…

Lee Juan 16:1-16