La Biblia misma nos enseña claramente que ahora Dios nos ha acepta a todos los que creen en Jesucristo, sin importar si son judíos o no lo son. Porque todos hemos pecado y por eso estamos alejados de Dios. Pero él nos ama mucho y nos declara inocentes sin pedirnos nada a cambio. Por medio de Jesús nos ha librado del castigo que merecían nuestros pecados. Dios envió a Jesucristo para morir por nosotros. Si confiamos en que Jesús murió por nosotros, Dios nos perdonará. Con esto Dios muestra que es justo y que gracias a su paciencia ahora nos perdona todo lo malo que antes hicimos. El es justo, y solo acepta a los que confían en Jesús.

Carta del apóstol Pablo a los Romanos 3:21-23

¡Qué exposición tan esperanzadora nos ofrece el apóstol Pablo! De la grandeza del amor y la amplia misericordia de Dios para el ser humano, sea judío o gentil. Debemos recordar y reconocer que toda persona hombre o mujer no teníamos esperanza, ya que nuestras desviaciones, pecados y muchas aberraciones nos habían condenado a pasar la eternidad en otro lugar donde no está Dios y donde no hay escapatoria, ni posibilidad para arrepentirse o volver a esta tierra y hacer las cosas de manera diferente con la vida.

Lamentablemente, hay muchas personas que en este día alrededor del mundo se mueren sin esperanza y sin salvación de su alma para pasar la eternidad en la gloria de Dios, y esto es cada día de cada año. Dios está dispuesto a aceptarnos, no por nuestros méritos de buenas personas u obras de caridad para ganar el cielo, solamente pide primeramente arrepentimiento sincero que le hemos desobedecido, que hemos hecho de nuestra vida lo inconveniente a su voluntad, nos hemos alejado de Él de manera indiferente como un hijo pródigo.

Segundo, creer en su Hijo Cristo Jesús que murió por nuestros pescados para que nosotros tuviéramos una vida mejor en relación con Dios y recibir la vida eterna que Cristo ofrece al morir físicamente.

Lee Romanos 3:21-26