“Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.”

Segunda carta a Timoteo 3:15

Esta carta es la segunda que envió el apóstol Pablo a su hijo espiritual llamado Timoteo, él era hijo de un hombre de raza griega y su madre era judía, desde niño ella y la abuela le enseñaron las Escrituras o Biblia judía que corresponde sólo al Antiguo Testamento. Timoteo era muy estudioso de las enseñas de la ley de Moisés, los mandamientos de Dios, sus preceptos e instrucciones. Cuando la abuela, la madre y Timoteo se convirtieron a Cristo, el apóstol Pablo lo llevó consigo en uno de sus viajes misioneros por varias ciudades. Posteriormente lo dejó para que fuera pastor en la ciudad de Éfeso. Lo cual se desempeñó muy bien a pesar de ser joven soltero. Lo sobresaliente de su persona es que había alcanzado la salvación de su alma y de su vida y la puso a la disposición de Cristo Jesús para servir en la edificación de los creyentes y alcanzar a otros con el evangelio del Señor. Adquirió también sabiduría la cual era muy necesaria para el buen desempeño delante de la grey, cuidarse de las luces de la juventud de lo cual había sido advertido por su mentor, cuando le escribió “huye de las pasiones juveniles”.

Timoteo se mantuvo firme en sus convicciones y se convirtió en un ejemplo para los jóvenes y de servicio a los adultos y a las viudas que conformaban la congregación. Timoteo es un ejemplo para todo seguidor de Jesucristo, su fe, su valentía, su celo por compartir de Cristo y su amor por la palabra de Dios. Ella lo hicieron sabio y eficiente en todo, lo mismo debe ser para nosotros porque la Biblia es un maravillo tesoro de instrucciones para mejorar nuestra relación y comunión con Dios, como para crecer en la fe en Cristo y para enseñar a otros.

Lee 2 Timoteo 3:10-17