En el Libro de los Proverbios de Salomón, hijo del Rey David, leemos algunos consejos dirigidos a los hijos, que, con absoluta precisión y practicidad, son elementos de sabiduría divina. ¿Cómo adquiere sabiduría el hijo?

Primero, “Confiando en el Señor y reverenciándolo”.  Los hijos deben admitir el ejemplo de su padre en este asunto tan necesario, si no se aprende este consejo, tarde que temprano, el hijo será rebelde con Dios y su vida estará en constante riesgo. Porque Dios merece obediencia y reverencia por lo que Él es y por lo que hace.

Segundo, “Escucha a tu padre y a tu madre. Lo que de ellos aprendas te dará buena fama; te hará adquirir mucha honra.”  La experiencia legitima del padre es un argumento veraz para el bien de los hijos, ellos cometieron errores y aprendieron que era mejor aplicar los consejos de sus padres, así que esa escuela de la vida la dan en herencia a sus hijos, y éstos deben aplicar esas enseñanzas porque son efectivas.

Tercero, “Hijo mío, nunca dejes de ser veraz y bondadoso. Aférrate a estas virtudes.” Qué lindo cuando un padre puede dar ejemplo a sus hijos de hablar con verdad, a Dios le agrada cuando vivimos en la verdad, hablamos y actuamos con verdad, la mentira es odiosa, los hijos aprenden del padre, así que esto es un buen consejo, hijos. Y el ser bondadosos con la gente, parientes o no, es el ejercicio del amor compasivo que aprendemos de Jesucristo.

Estos consejos no sólo los pueden aplicar los jóvenes, si no todos los que quieren obedecer a nuestro Padre.

Continúa…

Lee Proverbios 1:7-16