JESUCRISTO FUE UN HOMBRE RADICAL

Sin miramientos y sin encubrir absolutamente nada a sus discípulos respecto a las demandas de su reino, reino a establecer en la vida de las personas. Les advierte a cerca de lo que Él ya ha padecido. Ha sido rechazado por los fariseos, por los principales ancianos del templo y del sumo sacerdote. También por los judíos, principalmente de los que vivían en la ciudad de Jerusalén, a pesar de oír sus enseñanzas, de sus obras de sanidad a los enfermos, de la realización de milagros y de cada una de sus actividades. Demostrándoles con hechos que Él había sido enviado por el Padre celestial, que Él era cumplimiento de lo que declararon los profetas de la antigüedad respecto al Mesías. Les asegura a sus seguidores que ellos también sufrirán. Enfatizó que estos individuos, religiosos y no religiosos que lo han rechazado, “lo odian sin motivo”, tal como estaba profetizado. “No dejes que de mi se burlen mis enemigos traicioneros; no dejes que se guiñen el ojo los que me odian sin motivo” “Más que los cabellos de mi cabeza son los que me odian sin motivo: muchos son los enemigos gratuitos que se han propuesto destruirme (Salmo 35:19; 69:4)

En los versículos 22 al 25 de este capítulo 15,  Jesús explica la verdad de su obra terrenal o ministerio mesiánico: “Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado no serían culpables de pecado. Pero ahora no tiene excusa de su pecado. El que me aborrece, también aborrece a mi Padre … Me odiaron sin motivo.”

Al final lo crucificaron judíos y gentiles. Jesús murió por amor a su Padre y por amor a nosotros. Demos testimonio de nuestra fe en Él ante propios y extraños, seamos diferentes aunque nos aborrezcan y a los que les compartimos el evangelio, y los enseñamos o discipulamos deben saberlo, no les ofrezcamos un evangelio fácil.

Demos gracias a Dios por nuestra salvación, por la vida, y ejemplo de Cristo Jesús.

Lee Juan 15:22-25, Salmo 35:19-21