“Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.”
1a. Carta a los Tesalonicenses 5:18
—La Gratitud es Fortaleza Espiritual. El evangelio de Juan 10:10 expresa: “El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.” “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” (carta a los Romanos 12:2). Tenemos que ser agradecidos por nuestro crecimiento espiritual, por esa fortaleza para enfrentar cualquier prueba o tribulación, porque no estamos exentos del sufrimiento o el infortunio, si somos fuerte en Cristo por nuestra fe en él podemos salir victoriosos en esas circunstancias.
—La Gratitud Trae Esperanza. La esperanza es espera, el deseo de recibir lo que esperamos, es confianza de que lograremos aquello que nos hemos propuesto. La esperanza de una vida mejor, la esperanza de sanar de una enfermedad, la esperanza de que se mejoren mis relaciones personales, profesionales, que se alcance el éxito en lo que he emprendido. La esperanza de saciar mi alma en una dependencia total en Dios. El salmista en su angustia dijo: “Como el siervo jadeante en busca de agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser. Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo podré presentarme ante Dios? ¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡El es mi Salvador y mi Dios! (Salmo 42:1-2, 11). Debemos tomar para nosotros estas palabras del salmista para salir triunfantes, satisfechos porque sólo Dios el Padre y Cristo son nuestra única esperanza.
Seamos agradecidos en todo y en toda circunstancia.
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