“Porque si cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos salvados por su vida! Y no solo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, pues gracias a él ya hemos recibido la reconciliación.”
Carta a los Romanos 5:10-11
En tiempo pasado en cierta ciudad de Italia, dos familias fueron exterminadas lastimosamente. Estas dos familias eran amigas entre sí. Un día, uno de los jóvenes bajo los efectos del alcohol asesinó a uno de los jóvenes de la otra familia por algo insignificante. Esto fue el inicio de una serie de muertes que las autoridades no pudieron evitar. Los hombres de aquellas familias se fueron asesinando unos a los otros, impulsados por el rencor, el resentimiento y el odio. De aquellas dos familias, sólo quedaron unas mujeres que decidieron cambiar su residencia a otra ciudad agobiadas por el dolor y desenlaces, pero no aliviadas de su mala voluntad. Entre esas dos familias la muerte de uno sembró enemistad y la enemistad sembró más muertes.
Pero observemos una historia diferente. La Biblia dice que Dios envió a su Hijo Jesús el Cristo al mundo, enemistado con Él a causa del pecado, para salvarlo, pero la humanidad terminó matando a su Hijo. Los pecados de todos lo llevaron a la cruz del calvario.
¿Cuál fue la reacción de Dios? ¿Qué resultó de este sacrificio? El apóstol Pablo nos explica, el dice que:
Fuimos Reconciliados Con Dios Por La Muerte de Jesús el Cristo. El término reconciliar tiene un significado bastante peculiar en estos versículos. Originalmente el término era usado para describir el acto de hacer que dos cosas o dos personas armonizaran entre sí, quitando aquello que los hacía diferente. Cuando dos personas no armonizan entre sí decimos que desentonan, como en un grupo coral, alguien no está a tono con los demás. Eso es lo que pasaba, la humanidad y Dios no armonizaban, pero Cristo murió para eso, para que estuvieran a tono. “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomando en cuenta los pecados de los hombres” (2 Corintios 5:19).
Continúa…
Lee Romanos 5:9-11