Todos daban gracias al Señor, y a una le cantaban esta alabanza: “Dios es bueno; su gran amor por Israel perdura para siempre”, y todo el pueblo alabó con grandes exclamaciones al Señor, porque se había echado los cimientos del templo.

Libro de Esdras 3:11

El primer templo fue construido por el rey Salomón, su padre David no pudo hacerlo porque Dios no quiso que lo construyera, pero el Rey David dejó muchos elementos de construcción, incluyendo oro, plata, bronce y otros más, le recomendó a su hijo que cumpliera con esa edificación. Salomón lo construyó con mucho esplendor y belleza. Muchos años después los babilonios en su conquista por poseer Jerusalén, mataron a muchos judíos defensores de la ciudad, a otros los llevaron cautivos, los palacios fueron destruidos, las rallas y el emblemático templo, fue una enorme catástrofe.

De regreso del exilio babilónico que duró 70 años, la generación que volvió, inició la reconstrucción de ese templo construido por el rey Salomón, bajo la dirección de hombres comprometidos y en el aspecto religioso fue el sacerdote Esdras, quien en el momento oportuno inició el culto a Dios y los sacrificios de holocausto como ofrenda de acción de gracias por los beneficios recibidos, también sacrificios por los pecados del pueblo.

A Dios siempre le agradó la idea de hacerse presente ante el pueblo para ser adorado y reverenciado, desde el primer templo portátil llamado tabernáculo construido por los líderes Moisés y su hermano Aarón, el construido por Salomón y el reconstruido, y el último construido por el rey Herodes, templo que conoció Jesús de Nazaret, y en los atrios él enseñaba a la gente  y sanaba a los enfermos.

Desde entonces la construcción de templos para Dios se ha dado a lo largo de la historia y Dios cuando se le invoca en ese lugar Él se hace presente para recibir la acción de gracias, la confesión de pecados de la gente, la alabanza y la adoración. Al templo Jesús también le dio el nombre de Casa de Oración. Debemos asistir a las reuniones dominicales y entre semana para estar en comunión con Dios por medio de Jesucristo.

Lee Esdras 3:10-13