A ti clamo, Señor roca mía; no te desentiendas de mí, porque si guardas silencio ya puedo contarme entre los muertos.

Salmo 28:1

El clamor de David es por justicia, porque sus enemigos hablan de paz  pero no se les puede creer porque son malos, su corazón y pensamiento son engañosos. Que Dios les pague conforme a sus obras, conforme a sus malas acciones (v. 3-4). Considera que esos impíos son también enemigos de Dios, porque no toman en serio su responsabilidad delante de Él, hacen caso omiso (v.5).

Alabanza por la respuesta de Dios. “Bendito sea el Señor, que ha oído mi voz suplicante …..”  (v. 6-7) Estas expresiones de él pueden ser, que haya sido tan grande su fe que considera como ya realizado lo que ha pedido.

Cuando bendecimos, alabamos  y damos gracias a Dios aun antes de recibir la respuesta a nuestras peticiones es magnífico. Porque alabarlo anticipadamente es una manifestación de que estamos confiados de que Él nos ha escuchado y responderá conforme a nuestra fe y en su voluntad.

“El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias” (v. 7).

Continúa…

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