El perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias; el rescata tu vida del sepulcro y te cubre de amor y de compasión.

Salmo de David 103:3-4

Todos los seres humanos nos equivocamos y a veces en forma repetitiva, nos sentimos afectados mental o emocionalmente, consideramos que no hay marcha atrás. “La equivocación es la idea, opinión o expresión que como personas consideramos correcta pero que en realidad es falsa o desacertada.” Es una acción por decisión que no sigue lo que es correcto.

El pecar es una decisión voluntaria, estamos haciendo lo que no es correcto en la ética de Dios y en la moral de una sociedad en la cual pertenecemos. Erramos al blanco, estamos siendo desacertados, actuamos mal, sin sensatez, de modo que el resultado es inconformidad, frustración, culpabilidad, nos sentimos peor que antes, fracasados y más vacíos.

El Salmista David por experiencia propia nos recomienda que nos arrepintamos y confiemos en Dios, porque solamente Él puede perdonar todos nuestros pecados y sanar todas nuestras dolencias, mentales y emocionales. Otro resultado de nuestro mal proceder es que podemos enfermarnos físicamente, en esa condición el maravilloso cuidado de Dios es darnos la  sanidad. Si estuviéramos en peligro de muerte, El estará dispuesto a rescatarnos de morir.

En nuestra loco desvarío nos olvidamos que Dios es generoso y bienhechor porque su deseo es colmar de todo bien para que nuestra vida no carezca de lo indispensable o necesario. Por su amor y compasión nos dará la capacidad para sentirnos renovados, rejuvenecidos, con una nueva perspectiva para nuestro inmediato futuro. Confía solamente en Dios.

Lee Salmo 103:1-5