¿Te gusta tu nombre? A algunos posiblemente nos hubiera gustado que nos pusieran otro. ¿Te gusta que te llamen por tu nombre o prefieres que te digan en diminutivo o que lo corten o simplifiquen? El nombre en diminutivo es una forma de expresar afecto, cariño. El nombre es una designación para distinguirnos de otros. El nombre dice mucho de nosotros y de quienes nos lo pusieron. Alguien dijo: “Dime tu nombre — dime quien eres.”  Nuestro nombre es nuestra primera característica de identidad y nos identifica. Expertos aseguran que llamar a las personas por su nombre, incluyendo a los niños es uno de los detalles más significativos que puedes tener con ellos, impacta de manera positiva.

El tema que les comparto es: “El Nos Llama Por Nuestro Nombre”. ¿Quién nos llama por nuestro nombre? Dios. Veamos algunos ejemplos:

ABRAM o ABRAHAM: En el capítulo 12 del libro de Génesis, Dios se presenta ante Abran y le dijo: “Abran deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre y vete a la tierra que te mostraré. —Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra.” -De inmediato Abram salió de su tierra con su esposa Saraí y su sobrino Lot. Sin saber a dónde iba pero obedeció a un Dios que no conocía.

En otra ocasión Dios le dice: “No temas, Abram. Yo soy tu escudo, y muy grande será tu galardón” (Génesis 15:1), todos sabemos de la obediencia de este hombre. Dice el versículo 6 de Génesis 15: “Abram creyó al Señor, y el Señor lo reconoció a él cómo justo”.

Así fue la historia de este hombre y sus varios encuentros que tuvo con Dios. Y todo lo que Dios le prometió lo cumplió. Aprendemos de Abraham: que debemos creerle a Dios en todo, en nuestro presente como en nuestro futuro y sus promesas se extienden a nuestros hijos si le obedecen, Dios nos conoce por nuestro nombre, cuando acudimos a Él en busca de ayuda sabe quienes somos y si creemos en su palabra.

Continúa…

Lee Génesis 12:1-9