Jesús antes de enseñar a orar a los discípulos les dijo: “Pero tú cuando, te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto . . . Y al orar, no hablen por hablar . . . Porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de lo que se lo pidan.

Ustedes deben orar así: -Padre nuestro que estás en el cielo- Toda oración tiene una introducción como esta. Después vienen tres peticiones: 1. Respecto a la santidad de Dios. 2. Venga su reino, esto es en el corazón de los seres humanos y en el futuro cuando Cristo regrese a este mundo. 3. Que su voluntad sea hecha en todos; una obediencia verdadera y sincera.

Después vienen tres peticiones para el orante: 1. Que se tenga el alimento material cada día, eso incluye toda nuestra vida material para que sea satisfactoria. 2. El perdón de nuestros pecados, los cuales no debemos ocultarlos, sino confesarlos en sincero arrepentimiento para que seamos perdonados por la obra de Cristo a nuestro favor. 3. La petición de ser librados de las tentaciones que el diablo pone a nuestro alcance, porque su deseo es que desobedezcamos a Dios y lo ofendamos.

Este modelo de oración registrada en el evangelio de Mateo 6 es interesante, satisfactoria y muy valiosa para nuestra enseñanza. Debemos considerarla con urgencia porque Dios debe ser en el principio de  cada día.

Lee Mateo 6:9-13